Este cuento está pensado para llegar a los niños y niñas del mundo, para que por ellos mismos puedan ver reflejados en estos personajes el potencial que cada uno tiene. Para que miren a su corazón y muestren al mundo sus talentos. Porque solo así, cuando cada uno de nosotros mostremos a la vida lo mejor que sabemos hacer, encontraremos nuestro tesoro.

Pero este cuento, con su venta, solo podría llegar a los niños y niñas del mundo desarrollado; y ¿qué pasa, con todos esos niños y niñas que no tienen la oportunidad de ir a la escuela? ¿Qué ni siquiera sus necesidades básicas de alimentación y sanidad están cubiertas en su día a día? ¿Cómo estarán viviendo ellos esta pandemia mundial? 

Con esta reflexión de hace pocos meses, tomé la determinación que el beneficio que generara la venta de este libro iría de forma íntegra a beneficiar a otros niños que lo necesitaran. Decidí que donaría mi beneficio como autora para financiar proyectos educativos en África subsahariana. La ranita pirata quería dar la oportunidad a otros niños de también mostrar sus talentos, sus inteligencias y poder aportar en su mismo país natal riqueza cultural para el desarrollo. Así que, así comienza esta aventura…con una ranita que quiere viajar a África subsahariana y a muchos lugares más…para entre todos ayudar.